¿Acaso hay algo imposible para el Señor? GENESIS 18:14
Cuando Dios la presenta a Sara al mundo, utiliza sólo ocho palabras: “Pero Sarai era estéril; no tenía hijo.” (Génesis 11:30)Quizás Sara se preguntara “¿Qué habré hecho? ¿Por qué no me ha bendecido Dios con hijos?” La esterilidad era un estigma en su época, y según lo que señala la Biblia, era un estigma que penetraba más y más en el alma de Sara cada amanecer.
¿Cuál era la solución? ¿Cómo lidiaba con ese incesante problema?
Respuesta: Durante 25 años, sí, ¡25 años!, Sara tuvo que extender su fe para aferrarse a las muchas promesas de Dios de un hijo. Con su corazón apesadumbrado y sus lágrimas ardientes, Sara tuvo que confiar en Dios cada vez, cada día.... durante 25 años. No le quedaba otra opción. Tenía que resistir la falta de fe, a pesar de verse muy tentada a darse por vencida, caer en la amargura, arremeter contra su marido, darle la espalda a Dios. Sara aprendería una lección que emanaba de su alma colmada de dolor:
LA FE ES LA MEJOR MANERA DE ENFRENTAR LAS ANGUSTIAS
*Como alcanzar las promesas de Dios:
Sara tendría que recordar y tratar de alcanzar una promesa que la afectaría mucho, una promesa que Dios le haría a Abraham: “Haré de ti una nación grande... Yo le daré esta tierra a tu descendencia” (Génesis 12:2-7).
¿Que haces con una promesa de Dios? Sigues los pasos de Sara. Sigues su extraordinario ejemplo de fe. Tratas de alcanzar esa promesa cuanto tiempo sea necesario: aun por 25 años o más.
Durante 25 años, Sara se aferró a la promesa de Dios una vez más, un día más, hasta que su hijo Isaac finalmente nació.
De modo que Sara nos bendice con su ejemplo. Su mensaje es que sea cual sea la prueba -imposible, insoportable, inusual, inalterable -que nos espere hoy, por fe tenemos que tratar de alcanzar una vez más las “preciosas y magnificas promesas” de Dios (2 Pedro 1:4). Sí la fe es el mejor camino, el único camino, para enfrentarnos a las penurias de la vida.
¿Que haces con una promesa de Dios? Sigues los pasos de Sara. Sigues su extraordinario ejemplo de fe. Tratas de alcanzar esa promesa cuanto tiempo sea necesario: aun por 25 años o más.
Durante 25 años, Sara se aferró a la promesa de Dios una vez más, un día más, hasta que su hijo Isaac finalmente nació.
De modo que Sara nos bendice con su ejemplo. Su mensaje es que sea cual sea la prueba -imposible, insoportable, inusual, inalterable -que nos espere hoy, por fe tenemos que tratar de alcanzar una vez más las “preciosas y magnificas promesas” de Dios (2 Pedro 1:4). Sí la fe es el mejor camino, el único camino, para enfrentarnos a las penurias de la vida.
La fe incesante
Cinco veces, al menos Dios le prometió a Abraham un hijo, una simiente, un descendiente (Génesis 12-17). Pero aún no habían tenido ese hijo. Recuerda que el tiempo pasaba, (ya han transcurrido casi 25 años desde que Sara escuchó la promesa por primera vez) Sara está envejeciendo (ya casi 90 años) ... y todavía nada.
Es verdad que durante un tiempo ambos pensaron que Ismael, el hijo que Abraham había tenido con su sierva Agar, era “el hijo de la promesa”.
Pero ahora Dios le estaba diciendo nuevamente a Abraham: “Yo la bendeciré y por medio de ella te daré un hijo... Sara, tu esposa... te dará un hijo” (Génesis 17:16-19)
Como hemos visto, Sara, había escuchado es promesa anteriormente, pero esta vez tenía un nuevo aspecto: ¡Dios hablaba específicamente de ella! No debería sorprendernos de que Abraham se echara a reír (Génesis 17:17): ¡Sara tenía 90 años y Abraham mismo tenía 100 . “¿Cómo puede uno continuar creyendo en las promesas de Dios cuando la situación es aparentemente imposible y la espera, eterna?” Presta atención, a estas respuestas:
POR ELECION: Lo opuesto a la fe es la incredulidad: esas horribles y oscuras dudas. Cuando Dios te presenta una de sus maravillosas promesas, te da la opción de aceptar su brillo y dejarte guiar por su luz o puedes ahogarla en la oscuridad de tus dudas.
POR FE: Cuando depositamos nuestra fe en las promesas de Dios recibimos fuerza para hoy y esperanza para el futuro. Unicamente con los ojos con los ojos de la fe veremos las respuestas de Dios y disfrutaremos su fortaleza y esperanza.
POR EJERCICIO: Tu fe es como un músculo. Crece con el ejercicio, y con el tiempo, aumenta en fortaleza y tamaño. Cada vez que escoges ejercitar tu fe, te fortaleces más cada día y obtienes mayores esperanzas para tu futuro.
¡Escoge ejercer una vez más tu fe! ¡Extiéndela! ¡Fuérzala! ¡Hazla crecer! Confía en Dios porque El “no ha dejado de cumplir ni una sola de las gratas promesas que hizo” (1 reyes 8:56).
Es verdad que durante un tiempo ambos pensaron que Ismael, el hijo que Abraham había tenido con su sierva Agar, era “el hijo de la promesa”.
Pero ahora Dios le estaba diciendo nuevamente a Abraham: “Yo la bendeciré y por medio de ella te daré un hijo... Sara, tu esposa... te dará un hijo” (Génesis 17:16-19)
Como hemos visto, Sara, había escuchado es promesa anteriormente, pero esta vez tenía un nuevo aspecto: ¡Dios hablaba específicamente de ella! No debería sorprendernos de que Abraham se echara a reír (Génesis 17:17): ¡Sara tenía 90 años y Abraham mismo tenía 100 . “¿Cómo puede uno continuar creyendo en las promesas de Dios cuando la situación es aparentemente imposible y la espera, eterna?” Presta atención, a estas respuestas:
POR ELECION: Lo opuesto a la fe es la incredulidad: esas horribles y oscuras dudas. Cuando Dios te presenta una de sus maravillosas promesas, te da la opción de aceptar su brillo y dejarte guiar por su luz o puedes ahogarla en la oscuridad de tus dudas.
POR FE: Cuando depositamos nuestra fe en las promesas de Dios recibimos fuerza para hoy y esperanza para el futuro. Unicamente con los ojos con los ojos de la fe veremos las respuestas de Dios y disfrutaremos su fortaleza y esperanza.
POR EJERCICIO: Tu fe es como un músculo. Crece con el ejercicio, y con el tiempo, aumenta en fortaleza y tamaño. Cada vez que escoges ejercitar tu fe, te fortaleces más cada día y obtienes mayores esperanzas para tu futuro.
¡Escoge ejercer una vez más tu fe! ¡Extiéndela! ¡Fuérzala! ¡Hazla crecer! Confía en Dios porque El “no ha dejado de cumplir ni una sola de las gratas promesas que hizo” (1 reyes 8:56).
Cómo continuar
Todavía había algo que debía de ocurrir. Dios escogió moldear la asombrosa y sólida fe de nuestra Sara, una fe que la colocaría en la galería de Dios de los héroes de la fe (Hebreos 11). Como bien sabemos, Dios le dio a Sara la bellísima promesa de un niño, un hijo. Como verás, las promesas seguían acumulándose... como así también los años. ¡Y aún no había nacido ningún hijo! Y ahora cae rodando otra promesa del cielo. Dios le comunica a Abraham que Sara “será madre de naciones” (Génesis 17:16). Dios elabora y extiende la promesa al fin de los tiempos: “(Ella) será madre de naciones, y de ella surgirán reyes de pueblos”. Con el tiempo, los descendientes de Sara fueron “como las estrellas del cieloy como la arena del mar” (Génesis 22:17). La lista de sus descendientes incluye patriarcas de la fe, reyes de naciones y el Salvador del mundo : Cristo Jesús, y también tú si has nacido espiritualmente (lee Romanos 4:16-25)
Existe aún otra mujer que también podría convertirse en madre de naciones... y esa mujer eres tú. Dios ordena que enseñes con fidelidad a tus hijos las verdades de las Escrituras. Con Cristo en tu corazón, tú comienzas una vida de simiente santa. Al transmitir el evangelio a tus preciosos hijos, ellos pueden, a su vez, transmitirlos a la siguiente generación. Eso aplica también a quienes no tienen hijos, porque cuando compartes las verdades de Jesucristo, tú ayudas a dar a luz hijos espirituales. Tú puedes ayudar a que muchos participen del linaje de Cristo.
Existe aún otra mujer que también podría convertirse en madre de naciones... y esa mujer eres tú. Dios ordena que enseñes con fidelidad a tus hijos las verdades de las Escrituras. Con Cristo en tu corazón, tú comienzas una vida de simiente santa. Al transmitir el evangelio a tus preciosos hijos, ellos pueden, a su vez, transmitirlos a la siguiente generación. Eso aplica también a quienes no tienen hijos, porque cuando compartes las verdades de Jesucristo, tú ayudas a dar a luz hijos espirituales. Tú puedes ayudar a que muchos participen del linaje de Cristo.
Cómo avanzar en la fe
La norma general que indica que para hacer grandes cosas para Dios, debemos tener una gran fe en EL. ¿Qué pasos puede tomar una mujer (en especial, mujeres como tú y yo) para crecer y convertirse en pilar de la fe como Sara?
Recordemos los “Pasos avanzados en la fe”:
Continuemos recordando las promesas de Dios
... y tratemos de alcanzarlas.
Continuemos creyendo las promesas de Dios.
... y tratemos de alcanzarlas.
No dejemos de continuar recordando y creyendo las promesas de Dios
... y tratemos de alcanzarlas
... cueste lo que cueste.
... y tratemos de alcanzarlas.
Continuemos creyendo las promesas de Dios.
... y tratemos de alcanzarlas.
No dejemos de continuar recordando y creyendo las promesas de Dios
... y tratemos de alcanzarlas
... cueste lo que cueste.
*EL MENSAJE DE SARA PARA TU VIDA ACTUAL
Los ascensos en la vida de la fe, como en la escuela no resultan sencillos de alcanzar.
El mensaje de Sara para tu vida y tu corazón:
1. Sara había aprendido a seguir a su esposo: Sara completo el primer curso de Fe cuando aprendió a confiar y seguir a Abraham de la misma manera en que seguía a Dios (Génesis 12:1). Su vida estaba repleta de mudanzas radicales y cambios difíciles. Pero ella aceptó su estilo de vida como la voluntad de Dios y su esposo como el instrumento de Dios en su vida.
2.- Sara había aprendido a confiar en el Señor: Su propio esposo, su Abraham, le había fallado. ¿Le fallaría Dios también? Ella tenía esperanzas... oraba... confiaba que El no lo hiciera (1 Pedro 3:5-6). Cuando salió libre de su situación como rehén, asombrada ante la milagrosa situación de Dios (Génesis 12:15-20).
3.- Sara había aprendido a esperar en Dios: En realidad aún estaba aprendiendo a esperar. La espera nunca le resultó fácil.
4.- Sara había aprendido la importancia de tener un espíritu dulce y tranquilo. El nombre de Sara tenía un doble significado: “discusión”, así como “princesa” (ve la historia completa en Génesis 16) Ahora se podía ver a Sara con un espíritu suave y apacible que complace a Dios
El mensaje de Sara para tu vida y tu corazón:
1. Sara había aprendido a seguir a su esposo: Sara completo el primer curso de Fe cuando aprendió a confiar y seguir a Abraham de la misma manera en que seguía a Dios (Génesis 12:1). Su vida estaba repleta de mudanzas radicales y cambios difíciles. Pero ella aceptó su estilo de vida como la voluntad de Dios y su esposo como el instrumento de Dios en su vida.
2.- Sara había aprendido a confiar en el Señor: Su propio esposo, su Abraham, le había fallado. ¿Le fallaría Dios también? Ella tenía esperanzas... oraba... confiaba que El no lo hiciera (1 Pedro 3:5-6). Cuando salió libre de su situación como rehén, asombrada ante la milagrosa situación de Dios (Génesis 12:15-20).
3.- Sara había aprendido a esperar en Dios: En realidad aún estaba aprendiendo a esperar. La espera nunca le resultó fácil.
4.- Sara había aprendido la importancia de tener un espíritu dulce y tranquilo. El nombre de Sara tenía un doble significado: “discusión”, así como “princesa” (ve la historia completa en Génesis 16) Ahora se podía ver a Sara con un espíritu suave y apacible que complace a Dios
(1 Pedro 3:4-5)
AUTORA: ELIZABETH GEORGE
LIBRO: MUJERES EXTRAORDINARAS DE LA BIBLIA
AUTORA: ELIZABETH GEORGE
LIBRO: MUJERES EXTRAORDINARAS DE LA BIBLIA
1 comentario:
me encanto esta ensenanza aprendi muchas cosas
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