domingo, 3 de junio de 2012

EL ENOJO

COMO VENCER EL ENOJO

1. ENFRENTARLO, NO NEGARLO
Ahora que somos mujeres cristianas, no tiramos platos al esposo, ni abusamos física, ni verbalmente de los niños, ni insultamos a la vecina con maldiciones. Entonces ¿Cómo expresar nuestro enojo? Lo que muchas hacen es reprimirlo y guardar todo adentro. En cuanto al marido, piensan, “me la va pagar”, y después se convierten en esposas frías e indiferentes. Esto no agrada a Dios. “Aireaos pero no pequéis...” (Ef. 4:26) nos enseña que hay maneras correctas e incorrectas de responder al enojo.

2. IDENTIFICAR LA CAUSA DE TU ENOJO
Especialmente las personas que están enojadas desde que se despiertan en la mañana, necesitan identificar la raíz de su problema o jamás serán libres.
¿Has experimentado el rechazo o traición de una persona clave en tu vida? ¿Todavía hay rencor e ira por el adulterio de tu esposo? ¿Hostilidad hacia la persona que abusó de ti? ¿Enojo contra el socio que les robó todos sus ahorros? Una vez identificas la causa de tu enojo, estás lista para el siguiente paso.

3.- DECIDIR PERDONAR
El Padre nuestro dice: “Y perdónanos... como (en la misma manera) perdonamos”. No pudiera ser más claro, si nosotros no perdonamos, no seremos perdonados. Si alguien dijera, “No puedo perdonar” o “No siento perdonar”, hay buenas noticias: el perdonar no es una emoción, sino una decisión. Si tu decides perdonar lo puedes hacer con ayuda de Dios. Aunque tus emociones estén gritando que no lo hagas (porque el orgullo humano no quiere), de tu voluntad, de tu espíritu decide hacerlo.

Alguien ha dicho que la madurez se muestra en la disposición de perdonar una ofensa más grande que la suya propia, por ejemplo, es señal de madurez cuando una esposa está dispuesta a perdonar el adulterio del marido aunque ella nunca haya sido culpable de tal cosa.

De ninguna manera implica que la otra persona tenía la razón, simplemente es una DECISION de perdonar al cónyuge (o cualquier otra persona) porque Dios le ha perdonado a uno todas sus ofensas.

El perdonar no cambia el pasado, pero sí cambia el presente y el futuro, y sobre todo te cambiará a ti.

4. SI EL ENOJO ES POR ENVIDIA DE OTRA PERSONA, CONFIESALO A DIOS.
En la lista de las obras de la carne (GAL. 5) las envidias están nombradas juntamente con homicidios y borracheras. El que confiese su pecado y se arrepienta, será libre.
Como mujeres, muchas veces sentimos envidia, porque creemos que Dios bendice a otra persona más que a nosotras. Si tú no tienes una convicción firme de que tu vida está siempre en las manos de tu Padre Amoroso que te ama, y que él proveerá para ti también, siempre estarás angustiada por la envidia. Recuerda: No hay bancarrota en el cielo. Hay suficientes bendiciones en la bodega celestial para tus amigas, vecinas, familiares y para ti también.

5. SI TU ENOJO ES POR LAS FRUSTRACIONES NORMALES DE LA VIDA, PRACTICA EL PRINCIPIO DE 1 TES. 5:18.
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios”.

La vida no es perfecta, no permitas a los contratiempos oscurecer tu visita de lo que es verdaderamente de valor. Vive en agradecimiento por el privilegio de conocer a Cristo tu Salvador.

6. EXPRESA TU ENOJO SIN PECAR.
Di claramente lo que sientes, sin gritar, ni amenazar. A algunas personas les ayuda escribir en una hoja sus frustraciones.

7.- NO TE JUNTES CON PERSONAS LLENAS DE IRA
“No te entrometas con el ira cuando, ni te acompañes con el hombre de enojos” Prov. 15:1.


FUENTE: AUTORA GLORIA RICHARDS. LA MUJER Y SUS EMOCIONES.

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