jueves, 7 de abril de 2011

EN MEDIO DE TORMENTAS


¡ Qué difícil es tomar decisiones en medio de la tormenta ! A veces la mejor decisión es no tomar ninguna decisión, pero hay algunos momentos en que es necesario tomarlas a pesar de todo. ¿Qué hacer en esos momentos?

Traté siempre de hablar con el papel como si hablara con mi alma, por eso tal vez muchas veces algunas personas se han sentido identificadas. La respuesta a esa pregunta todavía la estoy elaborando, cuando los sentimientos de nuestra humanidad se entremezclan con las decisiones, cuando nuestra actitud se condiciona en saber las consecuencias, cuando sabemos lo que es correcto, pero también sabemos que al ponerlo en práctica, los que serán perjudicados están íntimamente ligados a nosotros y nos duele. Sabemos que debemos tomar la decisión, pero quisiéramos que no haya nadie perjudicado o dolido.

Lo que no hemos pensado en todo esto, es que realmente tal vez esta sea la mejor decisión, es decir, que aquellos que nosotros vemos como perjudicados en realidad necesitan esto para crecer; que hay cosas en la vida de cada persona que no se pueden aprender con palabras ni libros, que necesitan ser vividas, y a la vez son parte de nuestra necesidad para seguir creciendo en esto que es tan difícil que se llama apacentar y pastorear.

Las tormentas son parte del clima natural en el mundo, y también lo son en lo espiritual, de tanto en tanto alguna se desata con mayor o menor intensidad; algunas duran varios días, y otras son solo lluvias de verano, en todos los casos siempre hay quienes se sienten perjudicados y también quienes se sienten beneficiados.

Al fin, sólo nos queda confiar en la soberana voluntad de Dios que de una u otra forma hace que todo obre para bien en nosotros, porque las luchas o pruebas momentáneas son las que en el mundo entero purifican nuestro corazón y hacen que nos acerquemos más a Dios buscando su consuelo, perdón y llenura, y por fin, siempre nos servirá para analizar nuestro corazón y ponerlo delante de El para que lo mire, sane y limpie. Es que, tal vez, el viejo refrán sea en este momento muy oportuno...: "siempre que llovió, paró".

Decisiones en medio de la tormenta. En definitiva en este campo también debemos ser preparados, ya que el apóstol Pablo dijo: "preparados para toda buena obra..." No nos olvidemos que toda nuestra vida está escondida en Cristo y que al fin, en cada circunstancia, la mano invisible pero poderosa de Dios nos sostiene y... también... enseña...
Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo. ( Salmos 55:22 )

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